Skip to main content

 «Cuando alguien evoluciona, también evoluciona todo a su alrededor.» – Emilio Duró

Es la época de nuevos comienzos después de la pausa de los meses de verano. Estamos ‘en  la vuelta al trabajo’, y ahora es el momento de dar un nuevo impulso a nuestros proyectos – nuestras ideas – y hacer que se vuelvan realidad.

Tienes ideas. En algunos casos puede ser demasiadas.  Puede ser un proyecto, una oportunidad, un diseño, una teoría, un interés, una causa o quién sabe.  Pueden o no estar relacionadas con tu trabajo. Puede o no ser una tarea a tiempo completo. Pero la pregunta es cómo sacarlo adelante y darle una oportunidad. Cuánto éxito, cuántas contribuciones  maravillosas a este mundo, y todo empezó con ideas en la mente y el corazón de una o más personas.

Pero una idea no puede llegar a más hasta que se le da la vida, a través de una HISTORIA.

¿Cuál es La Historia?

Es el florecimiento de una idea.  Sacarla de tu interior y mostrarla al mundo, con la forma de una narrativa pensada que crece y evoluciona cada vez que se comparte con los demás. Cuando cogemos una idea, empezamos a considerarla en profundidad y detalle, aclaramos y desarrollamos sus diversos elementos y la conectamos con la inspiración y la emoción que la impulsa, le damos vida.  Y un cuerpo.  Quiero decir que le damos la estructura, la textura, la sustancia que le permite moverse e interactuar con el mundo, para ser considerada y comprobada, de modo que pueda crecer.

La creación de La Historia inicial es lo que te motiva contarlo, y así, recibirás las respuestas que te ayudarán a formar y avanzar esa historia – y tu idea -. Luego, cuando la gente empieza a recordar tu historia, y asociarla contigo, surgen iniciativas, contactos, recursos  y de repente tu idea se está convirtiendo en una realidad. O tal vez esto te lleve a una idea nueva y mejor. Pero lo más importante es que estás evolucionando y acercándote a lo que quieres.

¿Por qué nos resistimos a la historia?

A menudo podemos tener miedo de explorar una idea por temor a que solo considerarla nos obligará al trabajo y las consecuencias necesarias para realizarla. Pero la exploración es sólo eso… exploración. No todas las historias tienen que convertirse en realidad. Pero sin investigarlo… siempre serán únicamente una posibilidad perdida.

Otras veces, podemos tener miedo a cambiar de idea, como si ello fuera algo negativo. ¿Cuál es la ventaja de tener todas estas maravillosas facultades humanas de análisis, juicio, emoción y la intuición si no tenemos el derecho a usarlas en su máximo potencial y así… cambiar de opinión si es necesario? Muchas veces, la idea inicial será diferente – tal vez drásticamente – de la que en última instancia, surge y se desarrolla. Pero bueno, así es la vida.

Además siempre existe el miedo al fracaso. Y mi pregunta es: ¿cómo se define el fracaso? ¿Es perder algo, no realizarlo como se esperaba, no obtener los elogios del todo el mundo, o se trata de dejar algo antes de empezar y no intentarlo nunca? Algo que te importa, en lo que continúas pensando, que te emociona y te inspira.

Esta es la clave de La Historia… crearla y compartirla con los demás, en realidad puede maximizar tus posibilidades de éxito.  Muchos cerebros trabajando en algo es siempre mejor que uno.

Entonces, ¿cómo empezamos una Historia?

1) En lugar de mirar por encima y alrededor de la idea, mira en su INTERIOR.

  • ¿Qué es lo que quieres lograr y por qué?
  • ¿Cómo cambiará la situación si lo consigues?
  • ¿Qué te impulsa a hacer esto?
  • ¿Por qué ahora?
  • ¿Cómo te hace sentir?
  • ¿Qué necesitas para que esto ocurra?
  • ¿Que implica?
  • ¿Quién puede ayudarte?
  • ¿Qué obstáculos existen?
  • ¿Qué te asusta?
  • ¿Qué le preguntarías a un amigo si te contara la misma idea?
  • ¿Si nunca lo intentas, qué podrías pensar/sentir, ahora o en el futuro?
  • ¿Qué cinco cosas pueden hacerte empezar ahora mismo?

2) ¿Escríbelo. Dibújalo. Háblalo contigo mismo y con los demás.  A continuación, repetir, repetir, repetir. Ten una rutina en la que siempre puedes anotar realizaciones espontáneas, en un pequeño cuaderno o móvil.  Es la única manera de avanzar más allá de los pensamientos iniciales y pasar a niveles más profundos.

3) ¿Qué, Cómo, Por qué? Simon Sinek acuñó este modelo de liderazgo y de las organizaciones y te sugiero usarlo como el mapa de tu historia. A medida que continúas trabajando en tu idea, consigue tener claridad y el lenguaje necesario en torno a estas preguntas básicas para poder hablar sobre ellas de manera abierta y natural con la gente nueva con la que puedas compartir tu idea.  Este es un proceso auténtico, honesto y cuanto más te acercas a tus respuestas y las interiorizas,  más libre fluirá tu historia. Pero, como dice Simon, empieza con ¿Por qué?

  • ¿POR QUÉ? [el propósito, causa o creencia] – ¿Cuál es la motivación impulsora detrás de tu idea?
  • ¿CÓMO? [principios rectores, estrategias, acciones] – ¿cómo quieres realizarlo?
  • ¿QUÉ? [acciones tangibles] – ¿Qué quieres hacer?

El ¿Por qué? es fundamental, ya que es lo que llega a las mentes y los corazones de gente y en última instancia los conecta con tu idea. Cuando se conectan, pueden ayudar, ya sea porque te ofrecen algo que necesitas para realizar tu Historia o te conectan con otros que pueden ayudarte.

4) Y cuando estés listo… puedes pasar a la *excelente* presentación y propagar tu historia por todas partes.

Tu idea no tiene que hacerte ganar mucho dinero.  O podría hacerlo. No tiene que ser conocida. Pero podría serlo. Tal vez no va a cambiar el mundo. O tal vez lo hará. Si hace tiempo que estás dándole vueltas, ¿por qué no dejas que aflore y le das una oportunidad?

Suscríbete a nuestro

Blog + Newsletter + Recursos Gratuitos

Nevena

Autor Nevena

Más posts de Nevena

Deja un comentario

Suscríbete a nuestro

Blog + Newsletter + Recursos Gratuitos