En las últimas semanas he estado pensando mucho en la moral, en lo que se necesita para sentirse bien cuando tantos a nuestro alrededor están luchando y las malas noticias parecen estar en cada esquina. Sin duda nos falta esperanza y sobre todo positividad.
En un principio pensé que la gente estaría buscando soluciones prácticas dirigidas a desarrollar habilidades específicas. Éstas son todavía muy necesarias.
Pero lo que parece tener mayor demanda es la esperanza.
Así, la esperanza se ha visto amenazada por nuestra decepción y el cinismo resultante hacia nuestros gobiernos, la escasez, la impotencia y el miedo causados porla guerra, la crisis económica y el exceso y el desequilibrio desenfrenados que distorsionan nuestra búsqueda de realización personal.
Las cosas y nuestras vidas en general, han llegado a ser tan complicadas que muchos no están seguros de quienes son o lo que realmente quieren.
Es difícil tener esperanza en tales condiciones, pero sin esperanza, la positividad es imposible. Y sin positividad, las soluciones de calidad se vuelven aún más difíciles de lograr.
Busca la positividad.
La búsqueda de la felicidad se ha convertido en una especie de Santo Grial, codiciado pero a menudo obtuso y aparentemente lejano. Y cuanto más se aleja de nuestra vida cotidiana, más codiciado se hace.
Incontables libros y recursos promocionan innumerables teorías sobre la positividad, el optimismo, la realización y similares.
Nos dicen cosas como “los iguales se atraen” y que todo viene desde dentro, nociones arraigadas en la verdad pero a menudo simplistas y aplicadas superficialmente.
Y “el cómo” en el mantenimiento de la positividad y la ilusión puede ser difícil de entender, particularmente frente a las dificultades y pérdidas a largo plazo.
No sé la respuesta. Y no creo que la haya.
Así que, aquí me gustaría aprovechar la oportunidad para proponer algunas ideas y escuchar tus propios pensamientos.
1) ¿Qué ES la positividad?
Al igual que con la mayoría de las cosas, nos parece comprender mejor lo que NO lo es la positividad.
- No es siempre ser feliz.
- Muchas veces no es pretender que las dificultades de la vida no existan y no nos afecten.
- No es fingir felicidad y por lo tanto dejar de mostrar nuestro verdadero yo.
- Tampoco es reprimir emociones difíciles.
- No es hacer felices a los demás mientras olvidamos nuestra propia necesidad y el derecho a estar bien.
Si bien esto ayuda, seguimos sin llegar al meollo de la cuestión.
Así que vamos a proponer una definición para lo que SI es la positividad.
La positividad es una actitud: es una dedicación interna en creer que las cosas buenas son tan posibles como cualquier otra cosa. Que somos dignos de ellas y que convertirlas en realidad depende, en primer lugar, de nosotros mismos.
- Requiere entender que la positividad es de por sí la decisión interna de no ceder a la negatividad. Incluso al reconocer nuestros desafíos y sentir emociones difíciles.
- Requiere aceptarnos a nosotros mismos y la realidad tal como es. No como queremos o pensamos que debería ser.
- Se trata de emplear innovación personal. Receptividad para considerar una amplia gama de posibilidades. Y la labor creativa necesaria para romper viejas historias y creencias con el fin de desarrollar soluciones nuevas e innovadoras para el cambio positivo.
2) Trabaja la positividad.
Sin duda, como cualquier otra cosa, la positividad es un músculo.
Al principio, el trabajo necesario para cambiar nuestra perspectiva puede parecer duro, contraintuitivo, incluso forzado. Pero una vez que practicas y empiezas a ver los resultados, cobra vida y progresa por si mismo y se vuelve más fácil.
Esto no significa que nunca sufras de nuevo, sino más bien te lleva a una comprensión más profunda de los ritmos de la vida, la fugacidad de las dificultades y la capacidad de afectar a nuestra perspectiva.
3) ¿Qué más sabemos acerca de la positividad?
La positividad es interna.
Nosotros creamos las interpretaciones en torno a lo que experimentamos. Nuestros cerebros son herramientas magníficas.
Nos pueden secuestrar en espirales destructivas tanto como permitirnos apreciar los placeres sencillos, como la música hermosa, una buena comida o una conversación maravillosa.
A menudo sentimos que estas experiencias suceden por sí mismas, pero también pueden ser decisiones intencionales acerca de en qué elegimos centrarnos.
Las preguntas fundamentales son:
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- ¿Qué te aporta tu perspectiva actual?
- ¿Qué te parece más digno: sufrir o sentirse bien?
Entonces, ¿cómo puedes cambiar tu perspectiva?
Comienza por reconocer y luego deshacerte de la negatividad, la culpa, la vergüenza y el miedo. Ponlos en una caja y archívalos. Siempre puedes volver a ellos si lo deseas.
Pero sabes que, si bien es totalmente aceptable tener bajones y emociones dolorosas, si te conquistan, es poco lo que puedes hacer para atraer a nuevas posibilidades positivas hacia ti y los que te rodean.
Sólo decide que por un momento vas a experimentar y ver lo bueno en lo que venga. Y después ya veremos qué pasa.
La positividad es contagiosa.
Si decides rodearte de la gente y las cosas positivas, a la larga, tendrán un efecto positivo en TI.
En tiempos difíciles, éstas pueden parecer más difíciles de encontrar, pero si decides buscarlas, siempre existirán.
Las personas positivas están en todas partes, al igual que los pequeños regalos de la vida.
Busca intencionadamente las bondades en tu día a día y en los que te rodean.
Es probable que haya muchas.
“Los iguales se atraen”.
Este concepto ha sido citado por todas partes últimamente, pero a menudo mal interpretado, sugiriendo que si superficialmente recitas tus deseos, por arte de magia se harán realidad.
Todos sabemos que la repetición de “voy a ganar la lotería” cien veces no funcionará.
La idea es más bien que transmitamos, aunque sea sin darnos cuenta, lo que sentimos y pensamos. Eso si que tiene consecuencias, para bien o para mal.
Si eres negativo, siempre te quejas sin buscar soluciones o esperas que los factores externos cambien tu realidad, los otros lo sienten y es probable que no les inspire.
Pero si realmente puedes comprometerte a hacer cambios positivos y al trabajo que supone. Reconocer la bondad a tu alrededor, incluso admitiendo tus dificultades. Entonces animarás a otros, tanto por tu perspectiva, como con tu conexión y tus objetivos.
Éstas son las consecuencias positivas de “los iguales se atraen”, pero primero debemos comprometernos con ellas.
La positividad es física.
Por loco que parezca, si te obligas a sonreír, reír, tomar posturas seguras y ACTUAR de una manera positiva, puedes sentirte mejor.
Esto se ha demostrado una y otra vez y es especialmente conocido por los actores y atletas que tienen que actuar, sí o sí, sin importar cómo se sienten.
La clave no es “fingir”, sino reconocer lo que es difícil y, aun así, persistir.
La próxima vez que te sientas mal, vístete fabulosamente, camina con confianza y sonríe, porque te mereces la buena energía.
Quizás no todo saldrá a la perfección, pero puede ser mucho mejor de lo que esperabas.
4) ¿Qué más puede aumentar la positividad?
La perspectiva del tiempo puede ser un factor útil para ganar en positividad.
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- Pasado – reconoce todas las veces que has triunfado sobre las dificultades. Los desastres y las tragedias que la humanidad en su conjunto ha superado. Pasará, si lo dejas. Lo pasado, pasado está. Estamos obligados a cometer errores y, una vez hechos sólo hay dos opciones: corregirlos, si es posible, o aprender de ellos. Muchas veces, sólo hacer el esfuerzo exigido para encontrar las lecciones o soluciones, nos ayudara a recuperar nuestra estabilidad.
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- Futuro – después de meses y años ¿de cuánto de ello te acordarás? ¿Cuál será el punto clave de la experiencia que te quedará? La vida es larga, por tanto, dirige las grandes tormentas, no todas las pequeñas olas.
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- Presente – tantas cosas nos suceden todos los días que traen alivio, felicidad, una sorpresa agradable y esperanza. En lugar de apresurarte a la próxima cosa que tienes que hacer, ¿puedes simplemente centrarte en ese pequeño momento y apreciarlo? A lo mejor es un día soleado, o alguien te dijo algo agradable, quizás tienes un momento libre. Los pequeños “regalos” están por todas partes.
Hábitos de salud.
Se habla incesantemente de este tema pero hay una verdad real ello.
Necesitamos energía física, mental y emocional para combatir las dificultades y ver posibilidades positivas.
Además, el exceso de alcohol, cafeína, azúcar, nicotina y la mala alimentación en general, contribuyen a una mayor ansiedad y depresión.
La falta de sueño es también un potente activador negativo.
El ejercicio, incluso en pequeñas cantidades, pero regulares, ayuda mucho a calmar los nervios, mejorar nuestro estado de ánimo y hacernos sentir mejor con nosotros mismos.
No hablamos de tomar medidas drásticas, sólo hacer pequeños ajustes que a la larga pueden tener poderosos efectos positivos.
La clave aquí no es mejorar estos hábitos por miedo, obligación o culpa, sino más bien con un deseo consciente y positivo de sentirse bien.
¿Qué pequeños ajustes de salud te harían sentir mejor físicamente y contigo mismo?
La risa, el juego y la diversión.
No hay ningún misterio en cuanto a por qué disfrutamos de lo que nos gusta y nos da placer.
Lamentablemente, no todo es bueno para nosotros, pero hay muchas cosas que lo son.
Así, no importa cuáles son las obligaciones que tenemos, sin un poco de “tiempo de juego” regular para desconectar y volver a conectar con nosotros mismos y los pequeños placeres de la vida, el optimismo es difícil.
Por eso tenemos derecho a hacerlo y es necesario para mantener nuestra energía e inspiración para ver las cosas positivamente.
¿Qué diversiones sencillas te traen alegría y cómo puedes incluirlas regularmente en tu vida?
Considera que, no es sólo por el bien del disfrute, sino también necesario para mantenerte en tu mejor forma.
5) Sé tu verdadero yo.
Cuando pasamos demasiado tiempo actuando de manera contraria a lo que realmente somos. Sin validar lo que realmente pensamos y sentimos. Haciendo cosas que no nos gustan…se pone a prueba nuestra creencia de que nosotros, tal como somos, merecemos las cosas buenas de la vida.
Esta creencia también se relaciona y conecta con nuestro amor propio y autoestima.
Algunos de mis clientes citan el hecho de tener que jugar diferentes roles en varias relaciones y situaciones como un desafío a esta noción. Y esto es justo y legítimo, pero no es ser falso.
Desde luego, no hablas a tu hijo como a tu cliente o a tu padre. Somos seres polifacéticos, llenos de diferentes habilidades y lados diversos de nuestra personalidad.
Así, la pregunta es si estás ocultando tu verdadero ser o actuando como alguien que no eres.
¿Cómo sabes la diferencia?
La respuesta está en cómo te hace sentir.
Si te sientes ahogado, artificial, o simplemente “mal” en esas situaciones, es probable que hay algo fundamental de ti mismo que estás negando.
En algunas circunstancias, pueden ser situaciones temporales, como una relación profesional. Pero incluso en esos casos, hay maneras de mantener tu equilibrio.
Sin embargo, si se prolonga o representa la mayor parte de tu vida, a la larga te pasara factura.
Al final, la mejor oportunidad que tenemos de conectar con las personas y las oportunidades que nos pueden hacer felices es mostrar lo que realmente somos.
¿En que parte de tu vida podrías alinear mejor tu realidad con tu verdadero yo y tus deseos?
6) Sólo hazlo.
A menudo lo que impide nuestra positividad son las tareas y situaciones que tememos tratar. A medida que las evitamos, crecen y ganan aun más poder sobre nosotros.
La próxima vez que lo sientas, trata de decir “Bien, no tengo ganas de hacerlo, pero tampoco quiero seguir agobiándome con ello. Vamos a hacerlo y celebrarlo después”.
Escuché a alguien decir una vez “no le dejes ocupar espacio en tu cabeza” y eso es lo que pasa cuando estas tareas se enganchan a nosotros y empiezan a chupar nuestra energía. Sólo hazlo, enfréntate y crea más espacio para las cosas buenas por venir.
¿Qué has estado temiendo y cómo te sentirás cuando lo resuelvas?
7) Aceptación.
La vida no debería ser siempre feliz, agradable y fácil. Si lo fuera, rápidamente caeríamos en la complacencia, el aburrimiento y estancamiento de nuestro desarrollo.
Si realmente podemos reconocer esto, también podemos aprender a aceptar, aguantar y respirar en los momentos difíciles.
Podemos, porque somos así de fuertes y capaces.
Muchas veces no es hasta que sobrevivimos y superamos los desafíos que nos damos cuenta de nuestro verdadero potencial y posibilidades.
Mejor aún, muchos fracasos y luchas pueden ser los catalizadores perfectos para triunfos aún mayores, si optamos por ver la oportunidad.
¿Cómo actuarías si estuvieras exactamente donde necesitas estar?
¿Y si tu desafío actual fuera la clave para tu próximo gran éxito?
Comparte tus pensamientos y experiencias con nosotros y siéntete libre de ponerte en contacto conmigo para explorar formas de mejorar tu propia positividad.