Todos creamos hábitos, rituales, estrategias que nos sirven de alguna manera, en algún momento de nuestras vidas.
Todos cumplen alguna función, pero no todos son BUENOS para nosotros. Algunos se quedan por un tiempo, otros continúan por mucho más tiempo.
Nuestras vidas son experiencias complejas. Pueden ir de una belleza increíble, a un dolor devastador, pasando por todo lo demás. Algunos dirán que éste es el objeto de la vida: emprender este camino hacia vivir, aprender, superar y valorar todo lo que se nos presente.
Pero eso puede ser muy difícil cuando estás luchando con un hábito que sabes que te está haciendo daño. Incluso dañando tu vida y a tus seres queridos.
Tendemos a sentirnos orgullosos y seguros de nuestros hábitos saludables. También terriblemente avergonzados, culpables, frustrados, asustados, dolidos y desanimados por los que no son tan sanos.
Y esto es lo que crea tanta dificultad para transformar realmente los hábitos que deseamos cambiar.
La investigación y el trabajo recientes de los más altos expertos mundiales en este campo, están aportando conocimiento y sabiduría. A menudo completamente en contra de nuestra mentalidad habitual y de lo que se nos ha enseñado hasta ahora.
Esto es alucinante, disruptivo y, a veces, totalmente contradictorio, pero FUNCIONA.
Y es la CLAVE para un cambio positivo a largo plazo. Para CUALQUIER COSA que desees que evolucione a mejor, en ti y en tu vida.
En esta publicación, tocamos algunos de estos nuevos conocimientos y mejores prácticas recomendadas. Te ENCANTARÁ.
Porque es mucho más fácil, más efectivo y más alegre de lo que quizás jamás imaginaste.
Allá vamos…
…Cuando hablamos de hábitos:
1) La mayoría de los “expertos” están EQUIVOCADOS.
Nos bombardean con mensajes como “¡Hazlo!”, “El dolor es ganancia” y “La fuerza de voluntad es la clave”, a la hora de abordar los problemas del cambio de hábitos. También escuchamos esto de nuestros seres queridos, la sociedad, los programas de formación e incluso de NOSOTROS MISMOS.
La mayoría de los programas de cambio de hábitos, ya sean de nutrición, ejercicio, abuso de sustancias, desarrollo personal, etc., respaldan este tipo de sistemas de creencias y, al hacerlo, TRABAJAN CONTRA NOSOTROS.
Establecen metas y planes que, en muchos casos, son demasiado ambiciosos, rígidos y de “talla única”. Suelen depender de conceptos poco confiables como la fuerza de voluntad y la motivación. Lo que hace que sea demasiado fácil para nosotros fallar, en el momento en que un obstáculo se interpone en el camino.
Esto solo alimenta aún más las peores voces en nuestras cabezas sobre lo “débiles”, “inútiles” y “vagos” que somos. Así como creencias como “nunca podré hacer esto”, “es imposible para mí”, “No soy tan fuerte como los demás”.
Y aquí es donde la espiral de la vergüenza y la agonía constante de los continuos “fracasos” nos genera aún más estrés. Y eso nos lleva a: lo adivinaste, a complacer aún MÁS nuestros peores hábitos.
Si te estás preguntando SI las personas realmente cambian, consulta nuestro blog anterior sobre “La gente cambia. Y lo hacen así.”
2) La fuerza de voluntad es limitada y, por lo tanto, no es tu herramienta más poderosa para cambiar hábitos.
Hasta ahora, nos han dicho que la mayoría de las cosas difíciles que logramos son a través de la fuerza de voluntad. Ese impulso interno de hacer y perseverar hasta que veamos los resultados deseados.
La definición oficial del diccionario es “control ejercido para hacer algo o reprimir impulsos”.
Pero, si bien puedes lograr ese control en ciertos momentos, quizás no será para siempre. Con frecuencia, continuarás sufriendo con la batalla contra el nuevo hábito que adquiriste.
Lo que pasa con la fuerza de voluntad es que es un recurso limitado.
Si ya estás ejerciendo mucha fuerza de voluntad en tu día a día, en tu trabajo, crianza de los hijos, relaciones, etc., logicamente, te quedará muy poca para trabajar, adicionalmente, en lograr un cambio positivo en tus hábitos menos deseados.
Y esta ES la realidad para la mayoría de nosotros.
Entonces, la fuerza de voluntad tiene su valor. Pero, NO es la clave para un cambio positivo duradero que nos ayude a superar algunos hábitos.
3) La motivación no es confiable, por lo que, el cambio positivo debe trabajar con ella y ALREDEDOR de ella.
Esta es la segunda creencia que nos han enseñado: si puedes reunir la motivación suficiente, lograrás cualquier cosa. Cambiar cualquiera de tus hábitos.
Pues no.
Lo que esta creencia no reconoce es que, se supone que NO estamos súper motivados todo el tiempo. Simplemente no es realista ni normal.
Si bien la motivación juega un papel importante, no lo es todo.
Como la fuerza de voluntad, es finita. También crece y decrece con todo lo que experimentamos en la vida.
La mayoría de nosotros establecemos nuestros ambiciosos objetivos cuando nos sentimos muy motivados.
Entonces, a la primera vez que un obstáculo o cualquier bajada natural de la motivación, se cruzan en nuestro camino, nuestro compromiso y nuestro logro eventualmente sufren.
Esto puede llevarnos a sentirnos como un fracaso y a una mayor desmotivación. A menudo nos hace rendirnos y regresar a un estado de frustración, desesperanza e impotencia.
Pero incluso empeorar con el mismo hábito que estábamos tratando de cambiar.
Porque potencia, una vez más, todas esas emociones negativas que nos hacen sentir menos capaces, menos dispuestos y menos confiados en nosotros mismos.
4) La clave #1 para un cambio positivo duradero, que nos ayude a superar los hábitos, es…LA AUTO COMPASIÓN.
Sé que suena loco. Quiero decir, si estás odiando tu hábito o forma de ser y el impacto que tiene, ¿cómo puedes sentir gracia, amor y comprensión hacia ti mismo?
Y, sin embargo, la ciencia está detrás de esto. Y es PODEROSA.
La preocupación, la vergüenza, la culpa, el auto-odio, el miedo, etc. que tendemos a sentir en nuestra lucha por cambiar nuestros hábitos es el ENEMIGO para cambiarlos.
Absorbe un poder precioso, energía, sabiduría, concentración y esperanza. Lo que tanto necesitamos para transformarnos de manera efectiva.
Pero está absolutamente probado que si puedes crear una relación amorosa y compasiva contigo mismo en tu viaje, te otorgará todo lo que necesitas para avanzar hacia tu objetivo.
No se trata de decir “no es gran cosa”, “no me importa” o “haré todo lo que quiera”.
Más bien se trata de llegar a comprender las causas subyacentes, los desencadenantes y los impactos de eso, desde un lugar de autoaceptación, amor propio y autocuidado (que es lo que ES la autocompasión).
No consigues nada odiándote a ti mismo. Solo más tensión, estrés y desesperación.
Entonces, ¿por qué no, al menos, tener la curiosidad de probarlo?
5) Y la clave #2 es sentirse EXITOSO.
Lo has experimentado a lo largo de tu vida. Cuando, como resultado de tus esfuerzos, ves algún cambio positivo, aunque sea menor, te sientes inspirado, optimista y motivado.
Y NATURALMENTE te inspira a seguir progresando. A seguir adelante, hacer el esfuerzo y celebrar las victorias.
NECESITAMOS sentirnos exitosos para acceder a nuestros sentimientos de autoconfianza, motivación positiva e inspiración para un futuro mejor.
Necesitamos poder celebrar nuestros logros con regularidad porque: ¡esto es ALEGRÍA! Y la alegría es una fuente inagotable de poder.
Pero, de nuevo, la mayoría de los programas, con todas sus mejores intenciones, dificultan mucho hacerlo.
Porque nos ponen el listón demasiado alto a largo plazo.
Cuando bajamos el listón, nos da energía, esperanza, creatividad para adaptarnos y evolucionar. Obtenemos visiones más fáciles de cómo será el éxito total para nosotros y los que nos rodean.
Mira este increíble podcast con BJ Fogg, el principal experto mundial en cambio de hábitos.
Entonces, ¿cómo puedes crear más autocompasión por ti mismo?
¿Y qué pequeño ajuste puedes hacer, que pueda ser la clave de tu gran éxito en el futuro?