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AsertividadEsta es un desafío para muchos de nosotros. Su falta a menudo da como resultado ser demasiado complaciente y que se aprovechen de nosotros. O al contrario, una agresividad y frustración excesiva que puede generar mucho daño a su paso.

No estoy diciendo que adquirir esta habilidad sea posible de la noche a la mañana.

Requiere un trabajo importante y mucha práctica.

Pero definitivamente, vale la pena. La cantidad de dolor, lucha, ansiedad, miedo y estrés que se reduce, una vez que esto se logra de manera saludable, es enorme.

 

Así es como empezamos:

1) Asertividad significa entender que nadie puede protegerte como tu mismo.

Valorarte a ti mismo – tu tiempo, esfuerzo, derechos, etc. – es algo que solo tú puedes decidir hacer y mantener.

Ojalá pudiera decirte que solo es cuestión de tomar la decisión mental de hacerlo y listo.

En realidad, lleva tiempo analizar los desafíos que todos tenemos con el fin de crear una perspectiva de ti mismo y del mundo más cercana a la realidad, más saludable y más razonable para tu éxito.

Lo que generalmente implica es cierta comprensión de lo siguiente:

  • Que no eres menos digno que otros. Fácil de entender intelectualmente pero quizás más difícil de aplicar diariamente. ¿Con qué frecuencia te disculpas, agradeces demasiado, haces concesiones, te adaptas, etc.?
  • Que no eres responsable de los demás. A menos que tengas niños pequeños, no es tu función en la vida salvar o reparar a nadie y tratar de hacerlo no solo es agotador, sino de hecho, irrespetuoso. Mira esta estupenda charla sobre esto: Anne Lamott: 12 verdades que aprendí de la vida y la escritura.
  • Que las personas te tratarán tal como las acostumbres a que te traten. Si continúas cediendo y siempre estás disponible, eso es lo que el mundo aprenderá a hacer contigo. Si comienzas a poner ciertos límites saludables y a comunicar mensajes directos sobre tus propias necesidades, lo aprenderán también. Es tu elección cómo quieres presentarte.

 

2) La mayoría de las relaciones SON condicionales y así DEBERÍAN ser.

Es fantástico si estás dispuesto a ir a los confines del mundo por alguien, pero asegúrate de que sea una elección y una bien hecha. Si aceptas cualquier tipo de tratamiento, ¡incluso de tus propios hijos! – estás dando un mensaje fuerte al mundo de quién eres, cómo actúas y cuánto vales.

No le estás haciendo ningún favor a nadie y ciertamente tampoco a ti, al aceptar un tratamiento que te hace sentir miserable o, al menos, realmente estresado.

Las repercusiones de esto también les afectarán a ellos. Así que hazlo fácil para todos y sé tu primer campeón. Porque sin esto, habrán consecuencias.

Si alguien te está lastimando continuamente, aunque no sea mucho, saldrá a la luz de todas formas.

Y si la vida es esencialmente una serie de momentos, puedes decidir cómo quieres pasarlos y con quién. Eso hace que nuestra interacción humana sea condicional necesariamente.

Elige sabiamente. Se asertivo.

 

3) La Asertividad depende MUCHO de una comunicación sana.

La gran mayoría de nuestra interacción humana depende de la comunicación, ya sea verbal no verbal o de otro tipo.

Muchos mensajes, incluso los más difíciles, afectarán a otros dependiendo de cómo los digas.

Cuando no nos respetamos a nosotros mismos y a nuestras necesidades, la reacción a nuestra frustración será mucho más dañina que un “No” bien comunicado.

Por ejemplo, mira la diferencia entre:

  • “Gracias por la oferta, pero en este momento necesito tiempo y energía para enfocarme en mi familia. Esa es una promesa que hice y necesito mantener.”
  • Frente a un “Sí” hoy, y una explosión mañana con “¿cómo te atreves a pensar que tienes derecho a…?!!!” Lee más aquí sobre cómo tener una conversación efectiva.

 

4) Siendo asertivo, algunas personas se pueden cabrear, pero no importa.

Mirando atrás al punto 3), si has diseñado y comunicado tus necesidades de forma constructiva y alguien todavía te responde con agresión, realmente es su problema.

Aún así, puede ser desconcertante lidiar con la frustración de otras personas por que tú no hagas lo que ellos quieren.

Y eso, realmente, es lo que es.

Una vez que tengas clara la clave de esto, será más fácil entender la mejor manera de manejar las expectativas de otras personas.

Algunos pueden necesitar alguna explicación o comprensión adicional, si estás dispuesto a darla. Pero mi experiencia es que, con un mensaje respetuoso, la mayoría de la gente es lo suficientemente decente y madura para respetarte.

Los que no lo son, no deberían estar en tu vida. Más adelante podemos hablar sobre formas de deshacerse de ellos o al menos manejarlos mejor, si lo primero no es una opción.

 

5) La práctica realmente conduce a la perfección.

Puede ser difícil empezar a ejercer tu asertividad, decir que no, o pedir lo que quieres, cuando esto no es un hábito natural en ti. Incluso puede doler, puede retorcerte interna o externamente o hacerte rumiar sobre ello después.

Está bien. Solo sigue haciéndolo y aprendiendo. Ya sea la calidad de tu habitación en un hotel, una conversación con tu pareja o una negociación en tu trabajo, simplemente sigue formulando buenas comunicaciones y dilo en voz alta.

Te acostumbrarás, porque como todo lo que practicamos con diligencia, se convertirá en un nuevo hábito.

Y si tienes algunos reveses, eso también es comprensible.

Solo sigue cuestionándote lo que quieres y lo que tiene sentido. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

A menudo, no es tan malo, en absoluto.

 

¿Qué estrategias de asertividad te han funcionado?

¿Tienes algún buen ejemplo de asertividad para compartir?

Lee nuestro siguiente artículo sobre el tema para más información La magia de la asertividad elegante y cómo conseguirla.”

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